ATV Uruguay en Marruecos

Seguramente esta no fue una travesía mas, será sin dudas inolvidable, ya que sus quads llevaron a nuestros compatriotas a conocer un país tan diferente al nuestro y con tanto por descubrir, como lo es Marruecos.

Javier de Miquelerena fue uno de los uruguayos que participo de la travesía y relata para Super Moto como fue su experiencia.

“Creo que todos aquellos que andamos en quad o moto en algún momento sonamos con participar del Paris Dakar. Nuestro grupo ya ha hecho varias veces etapas del Dakar en Argentina, pero esta vez nos propusimos algo más extremo, hacer etapas del rally pero en las antiguas rutas de la frontera entre Marruecos y Argelia.

De esa forma, por internet, con paciencia y tiempo, nos contactamos con Rubén, un español que nos alquilaría quads y motos, de ser necesario, para hacer realidad nuestro anhelo.

Llegamos a Marruecos vía España, Un día en Casabalanca y de allí a Quarzazate, lugar de inicio de nuestra travesía de 6 días, recorriendo más de 1400km en pleno desierto y montaña.

Los quads eran todos CanAm de 800cc, alguno modelo Outlander y otros Renegade”

 

DIA 1

“El primer día uno de los quads nos dio problemas eléctricos y quedo momentáneamente fuera del trullo. Nos encontraría mas adelante con el problema resuelto a medias, y esa noche los mecánicos terminarían de arreglar el alternador que no cargaba. Mientras tanto, el resto había comenzado una travesía que atravesaba lechos de rio seco, palmerales y alfo de camino con montaña, con calores cercanos a los 40 grados, pero con clima seco. Ese día nos dimos cuenta que llevar solo la mochila de agua era poco, cada uno de nosotros consumía en el día 5 o 6 litros de agua para no deshidratarnos. Debido a la tardanza por el desperfecto, nos agarró la noche y llegamos al hotel bastante más tarde de lo que planeamos, aun así estábamos contentos e impactados de los que íbamos viendo”

 

DIA 2

“El Segundo día fue lo más parecido al Dakar que viviríamos, hicimos 250km de arena, piedras y lechos de rio secos, atravesando lugares sacados de fotos de la National Geographic. El día se fue complicando, yo volé el motor de mi quad, de manera que fuimos en uno de a dos. Hasta el mediodía la temperatura había subido a más de 50 grados, allí perdimos otro quad por un amortiguador y unos más por motor, quedamos con 5 quads, pero para ese entonces alguno de nosotros no podían llevar el cansancio y preferían viajar en la camioneta. El resto seguimos, algunos de a dos, seguimos a todo ritmo, nuestra velocidad promedio era de 80 km por hora. Llegando ya el anochecer entramos en el “fesh”, un polvo que redujo nuestra visibilidad a casi cero. Llegamos al hotel otra vez entrada la noche, solo que esta vez, nos bañamos y salimos, nos esperaban los camellos para ir a un campamento berebere en las dunas de Merzouga. Media hora en camellos nos llevaron a cenar y dormir en las carpas Árabes.

 

DIA 3

Luego de volver en los camellos al hotel, hicimos dunas, algo de descanso para nosotros, mecánica para los quads y a trepar dunas de 200 metros de altura, increíbles, de color rojo y mucha arena suelta. A mitad de la travesía una tormenta de arena nos obligó a volver al hotel por seguridad, la visibilidad bajo a casi cero.

DIA 4

Nuevamente una etapa del antiguo Dakar, 280km de arena, piedra y tierra a toda velocidad, con tormenta de arena en el medio, y luego como África nunca te da descanso, una lluvia torrencial que nos ensopo. Otra vez pero por las inclemencias climáticas nos agarró la noche, llegando tarde al hotel para descansar.

DIA 5

Un Nuevo día amaneció con el cielo totalmente azul, como si la lluvia hubiera sido un espejismo como los que nos encontramos en el desierto. Esta vez fue la montaña, trepadas por caminos de cornisa, con paisajes increíbles en cada curva, subimos a 3000 metros de altura para luego bajar nuevamente a nivel del mar.

DIA 6

El ultimo día fue nuevamente largo, más de 240km, con mucho camino de piedra y lechos secos de rio, nos acompañaba ya la nostalgia de dejar los quads.

Volvimos con una sonrisa que aun al contar este relato no se me va. Esperamos poder volver a hacer algún día otra de estas travesías que nos llevan a lugares, gente y comidas fantásticas.