Desafio Montevideo – Minas – Montevideo

Llegamos temprano, ya en el punto de encuentro que era una estación en minas había 2 camionetas, poca gente pensé, por suerte vamos a ser pocos! porque esta es muy  difícil, esa sensación fue efímera, solo 10 minutos, después llegaban varios mas, entre ellos gente que salía por primera vez con nosotros.

De allí nos trasladamos en caravana hacia el penitente, la estancia La Altura nos prestaba las instalaciones para dejar camionetas  y tráiler, contamos, en total 28 cuatriciclos, el mas chico un 150, de ahí hasta un 800 de todos los tamaños, y de todas las marcas, en varias de las maquinas iban dos personas, caso, de Santi que llevaba su hijo, lo mismo que Javi, o mi caso que llevaba a mi señora.

Unos minutos después de las 10 salimos. El primer tramo fue camino de ripio, unos 7 km hasta entrar en la senda de paso, aun en el camino el lugar nos regalaba un paisaje impresionante, ya que la niebla que nos había acompañado en la mañana es estaba levantando. Ya ahí tuvimos el primer inconveniente, una pinchadura, con un spray de  gel, un tarugo de goma y de nuevo en camino, pocos km más adelante un quad que recalienta, encontramos la falla en el electro y lo resolvimos, hicimos unos 10 km de camino de senda, pero ya llevábamos una hora de travesía, luego empezó lo verdaderamente exigente.

Primero un paso por agua, que por suerte estaba a un nivel bajo, luego unas grietas, un camino de tropa, con grandes escalones, grietas, piedras, a esa hora el calor estaba haciendo mella, metidos dentro del monte no corría el aire, mas la necesidad de irnos ayudando unos a otros para poder pasar las diferentes dificultades nos hico entrar en calor.

Un paso especialmente angosto hizo sudar a unos cuantos, ya que las ruedas del cuatriciclo pasaban casi media rueda en el aire, después de esto, cuando ya pensaban que no podíamos dificultar más el trillo, les toco pasar por una trepada empinada donde casi todos requirieron asistencia de otros para pasar

Habíamos salido a las 10 de la mañana y ya eran las 2 de la tarde, después de un tramo de camino como para refrescar a los pilotos, los pusimos nuevamente en trillos, pero el final fue realmente difícil, cruzando el penitente para poder almorzar en el parador, llegamos allí a las 3 de la tarde, recibiendo excelente atención.

De destacar el excelente manejo de nuestro piloto más joven, con solo 14 años Corrales junior demostró un manejo impecable, seguro y además acatando en las situaciones complicadas las indicaciones de quienes ayudábamos.

Terminamos la jornada a las 5 de la tarde, habíamos recorrido solo 35 km, sacando el tiempo del almuerzo manejamos casi 6 horas para esos pocos kilómetros, solo esto nos marca porque decimos que es la travesía mas exigente que hacemos, es tan trabada y técnica que no hay un tramo donde se pueda andar un poco más rápido, las dificultades se suceden una atrás de otra, sin descanso, exigiendo al grupo resolver paso a paso cada una de ellas, terminamos todos muy cansados pero con una sonrisa, sin problemas, sin accidentes, volvieron andando el 100 por ciento de los vehículos y nadie salió ni con un rasguño, lo que habla de la gran solidaridad de este equipo donde todos cuidaron de todos.

Nota realizada por: Javier de Miquelerena en SuperMoto

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